Comprar Té Blanco
El té blanco es ligero, dulce y poco procesado. Su profundidad engancha desde el primer sorbo. Sus notas florales, afrutadas, herbáceas y amaderadas se combinan con una textura delicada y una frescura difícil de igualar. Con el tiempo, los buenos tés blancos desarrollan matices más dulces y complejos. Al ser el té con menos intervención, no hay margen de error en su elaboración. Solo los mejores cultivares logran ese equilibrio perfecto entre dulzura y complejidad. El té blanco no necesita presentación: si es bueno, lo vas a notar.
Selección té blanco
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¿Cómo se elabora el té blanco?
¿Cómo se elabora el té blanco?
El té blanco se elabora en tres pasos: recolección, marchitado y secado. En el primer paso, la recolección depende de la calidad del té. En algunos casos, solo se recoge el brote, mientras que en otros se incluyen hasta dos hojas superiores. Luego, las hojas se marchitan en bandejas de bambú durante unas 72 horas, permitiendo que el agua de las hojas se evapore gradualmente mientras comienzan a oxidarse de forma natural. Después, se secan con calor y finalmente se clasifican y se eliminan las hojas de menor calidad para asegurar la calidad del té.
¿Qué variedades de té blanco hay?
¿Qué variedades de té blanco hay?
Las principales variedades de té blanco son Baihao Yinzhen, Bai Mudan, Gong Mei y Shou Mei. Cada una de ellas se caracteriza por diferentes grados de recolección. Existen otras variedades menos comunes o de otros países.
¿Cuáles son las propiedades del té blanco?
¿Cuáles son las propiedades del té blanco?
No somos médicos, así que lo dejamos en manos de los expertos. Sin embargo, diversos estudios afirman que el té blanco es alto en antioxidantes y puede ayudar a reducir la presión arterial alta, el colesterol y la glucosa, además de combatir el envejecimiento, disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y apoyar en la pérdida de peso.
¿A qué temperatura se prepara el té blanco?
¿A qué temperatura se prepara el té blanco?
Recomendamos usar agua entre 80°C y 95°C, especialmente para tés blancos jóvenes. Sin embargo, cuando se trata de tés blancos añejos, la recomendación es prepararlos con agua más caliente, entre 95°C y 99°C.